viernes, 30 de noviembre de 2012

Miedo al dentista

Todos hemos tenido siempre esa sensación cuando hemos ido por primera vez al dentista. A los que nos llevaron desde pequeños, nos marcó a unos más y a otros menos.  Lo primero que se nos quedó en la retina es " la bata blanca " del dentista. Ahora existen los llamados pijamas y son de colores o incluso algunos llevan muñequitos.

Cuando la mamá o el papá nos decía: mañana tenemos cita con el dentista.  Ufff, vaya noche la que pasábamos....nos temblaban las piernas....

Muchos de nuestros padres nos cuentan como " en su época " el dentista ni anestesiaba.  A su forma extraía las piezas dentales.

Hoy en día, ir al dentista no nos supone esa gran sensación del miedo. Quizas algun@s de los que me estais leyendo estareis pensando: si claro, no te supone a ti, a mi aun me da pavor.

Bien es verdad que no es nada agradable que nos extraigan una pieza, que nos empasten... pero no solo al dentista acudimos para "sufrir", tambien podemos encontrar productos que nos ayuden con nuestra estética.

La sociedad en la que vivimos está muy preocupada por su aspecto.  Nos preocupamos por un buen estado físico y vamos al gimnasio, nos preocupamos de nuestro pelo y vamos a las peluquerías, nos preocupamos de nuestras uñas, de nuestra piel, de nuestros ojos.... En definitiva: estamos más atentos y preocupados por como nos ven los demás físicamente.

Hay personas que solo acuden al dentista cuando tienen una urgencia y es ahí cuando sienten el dolor y piensan:  la próxima vez voy antes al dentista.  Pero no, al final todo acaba en lo mismo, en dejarlo siempre para lo último, cuando ya no soportemos el dolor.

La necesidad de tener un estado bucodental sano es imprescindible para nuestro cuerpo en general.  La boca es el principal foco de infecciones.  No podemos dejarnos llevar por el " mañana lo haré".

El cepillado 3 veces al día es muy importante. Y la forma del cepillado tambien.  Usar una pasta dentífrica adaptable a nuestra necesidad y un enjuague bucal es una de las herramientas básicas, junto a un buen cepillo dental que es el principal instrumento para el cepillado.

El uso de hilo dental con regularidad ayuda a a arrastrar los restos de comida que quede en los espacios entre pieza y pieza.

Una revisión anual a tu dentista te ayudará a mantener una boca sana.  Una limpieza dental al año es imprescindible, es la mejor aliada contra la acumulación de sarro.